domingo, 27 de diciembre de 2020

Los noventa de ayer

Las penas las cubres
de plantas regadas
listas de compra
sumas y restas;

camisas
pantalones
sábanas
                 planchadas.

Las menores las rehogas
con sonrisas, les quitas
la acidez
especiándolas.

Las mayores
-simplemente-
en el mortero
bien machacadas.

Más milagro
que la medicina
opera el alimento
                compartido.

El saludo cordial 
el prodigio social
del tiempo
               y su comentario.

Cautos siempre:
la verdad ajena
se escucha con
la mirada.

Los ojos son 
carne y voz del tiempo
no mienten
             alejan lo extraño.

Eso hiciste con las penas
vieja, durante noventa y pico
de años.

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